domingo, 22 de febrero de 2015

Relato ganador 8ª semana: El bosque encantado


 

Leire, Yaiza y Nerea fueron al monte cercano al pueblo donde vivían para hacer fotos a toda clase de bichos porque entre las tres hacían una colección de insectos. Una de las fotos que les faltaba era la de una mariposa con alas de tigre porque existían muy pocas.

Las niñas pasaron horas buscando insectos y decidieron irse pero Nerea dijo:
-          Esperad un momento! Creo que he visto una mariposa tigre.
-          -¿Estás segura? – Preguntó Leire.  - Es casi imposible de ver.
-         - Seguidme! – ordenó Nerea.

Las niñas entusiasmadas siguieron a Nerea hasta que llegaron a una cueva. Vieron que sí, era una mariposa tigre. La mariposa se metió en la cueva, Nerea y Leire la siguieron pero Yaiza tenía miedo y dijo asustada:

-         - No deberíamos estar aquí, mi madre dijo que a las siete estuviéramos en casa.
-          -¡Ven! No te preocupes, solo será un momento- dijo Leire.
-       -¡Si la hacemos una foto completaremos la parte de las mariposas de nuestra colección! –exclamó Nerea muy contenta
-          Está bien – dijo Yaiza- pero solo un momento.

Las tres amigas entraron en la cueva y vieron que la mariposa se dirigía hacia un túnel oscuro y estrecho. La perdieron de vista.
 
Decidieron volver a casa pero no encontraron la salida. Al fondo de un largo camino vieron una luz y pensaron que era una salida. Pero no fue así. A pesar de todo, las amigas atravesaron el pequeño hueco de donde venía la luz. 

Vieron algo increíble.

Parecía que habían llegado a un mundo mágico. El lugar era luminoso, lleno de color, de plantas y de animales. Se quedaron muy sorprendidas de lo que veían.

-¿Dónde estamos? Preguntó Leire.
- No lo sé –dijo Nerea-. Pero es maravilloso.
-¡Seguro que nos hemos perdido! –exclamó Yaiza pesimista.
De repente, una ardilla se puso a gritar.
-¡Humanos! ¡Son humanos! ¡Corred!
Pero un oso dijo tranquilo:
-Calmaos todos! Son solo unas niñas.

Ellas sorprendidas preguntaron:
-¿Dónde estamos?  ¿Quiénes sois?
-¿Cómo habéis llegado hasta aquí? – preguntó la ardilla atemorizada.
-¡Silencio! – gruño el oso. –Estáis en el bosque encantado, pero no se lo digáis a nadie, no deben saber que existe este lugar.
Yaiza gritó con miedo:
-¡No nos hagáis daño, por favor!
-¡Tranquilas! – Dijo un conejo- Aquí estáis a salvo.

Las niñas contaron a los animales lo que las había ocurrido. Los animales les dijeron que el bosque encantado era el lugar donde ellos estaban a salvo de los cazadores.

A cambio de que las niñas no dijesen nada a nadie de la existencia de ese lugar, los animales les enseñaron ese maravilloso bosque. Hicieron muchas fotos a los insectos y completaron su colección.
Anocheció y como ninguna de las tres sabía volver a casa, los amables animales construyeron un gran nido para que pudieran pasar la noche.

Al día siguiente decidieron irse del bosque encantado para volver a sus casas. Se despidieron de los animales y salieron de las cuevas por un hueco diferente por el que entraron el día anterior.
Caminaron durante una hora cuando Leire exclamó:

-¡El río que pasa por el pueblo!¡Es este!
-¡Sigámosle! – dijo Yaiza contenta
-Esta noche llegaremos a casa y dormiremos juntas- dijo Nerea
-¡Perfecto! Exclamaron Leire y Yaiza a la vez.
Caminaron mucho hasta por la tarde y empezó a oscurecer.
-¡Cuidado chicas, allí está la cascada! – dijo Leire
- ¿Nos podemos asomar un poco para verla? – preguntó Nerea
-¡Vamos allá! – dijo Leire

Pero cuando se aproximaron a la cascada, un trozo de tierra se precipitó cascada abajo y las niñas cayeron también.

Justo en ese momento, las chicas despertaron a la vez en casa de Nerea. Asustada Leire preguntó:
-¿Habéis tenido un extraño sueño?
-Sí – dijo Nerea
Yo también – comentó Yaiza
-Habíamos completado nuestra colección! – dijo Leire
- Yo también he soñado eso!  - exclamaron Nerea y Yaiza a dúo
Conocíamos a unos animales que hablaban y nos caíamos por la cascada – añadió Yaiza
Las chicas descubrieron que habían soñado lo mismo y fueron a mirar su colección de insectos ¡Estaba completa! La foto de la mariposa tigre junto con la de otros muchos insectos que habían visto en el sueño estaban allí.
No estaban muy seguras de lo que les había ocurrido pero sabían que no se lo podían contar a nadie.

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